Los cinco países que integran la Cuenca del Plata, sin bien tienen una historia común, fuertes lazos culturales, algunas problemáticas similares y, excepto Brasil, una lengua en común, tienen también grandes disparidades.
Desde el punto de vista de la superficie, la cuenca conjuga países muy grandes, como Brasil y Argentina, con países medianos (Bolivia) y pequeños (Paraguay, Uruguay).
Brasil es el quinto país del mundo por su extensión geográfica (después de Rusia, Canadá, Estados Unidos y China), mientras que, en el otro extremo, Uruguay ocupa el puesto 91, con una superficie similar a Siria o Grecia.
En población, las asimetrías son similares, pero en este caso solo Brasil tiene una población importante (se encuentra sexto a nivel mundial), mientras que el resto de los países tienen baja cantidad de población.
En este marco, el fuerte proceso de integración regional, iniciado en 1969 con el Tratado de la Cuenca del Plata y, más tarde, con el Mercosur, constituyen un modelo en los lazos establecidos en el respeto a la diversidad.